miércoles, 19 de junio de 2013

Sandía

La sandía es una fruta milenaria cuyo origen se sitúa en África tropical. Su cultivo se remonta a unos  3.500 años, en  el valle del  Nilo, tal y como demuestran los jeroglíficos  y las esculturas halladas en  el antiguo EgiptoDado que no se disponen de citas  sobre la sandía en  la antigüedad clásica, se piensa que su introducción en  el mundo grecorromano fue bastante tardía. Los árabes eran grandes consumidores de esta fruta a la que otorgaban propiedades desintoxicantes. Los europeos llevaron la sandía a América, donde su cultivo se difundió por todo el continente.

Se tiene constancia de s  de cincuenta variedades de sandía, que se clasifican en  función de la forma de sus frutos, el color  de la pulpa, el color  de la piel, el peso, el periodo de maduración, etc. Genéticamente existen  dos tipos de sandías:
Sandías diploides o con semillas: son las variedades cultivadas tradicionalmente, que producen semillas negras o marrones de consistencia leñosa, y con cáscara de color  verde oscuro.
Sandías triploides o sin semillas: se trata de variedades que tienen unas semillas tierna de colo blanco que pasan desapercibidas al  comer el  fruto.  Se caracterizan por tener la corteza verde clara con rayas verdes oscuras y la carne puede ser de color  rojo o amarillo.

Estacionalidad
Las sandías cultivadas al aire libre florecen entre finales de primavera y principiode verano, por  lo que los frutos están en  su punto óptimo de sazón a lo largo de todo el verano y principios  del  otoño. No obstante, la sandía se cultiva  en  invernadero, polo que es fácil disponer de ejemplares a lo largo de todo el año.


Porción  comestible
52 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.

Fuente  de nutrientes y sustancias no nutritivas
     Licopenos.

Valoración nutricional
La sandía es muy apreciada por ser refrescante y rica en agua y sales. En concreto, es la fruta  que mayor cantidad de agua contiene (95% de su peso), por lo que aporta muy  poca energía y, en  general, pocos nutrientes, aunque  contiencantidades apreciables de diversas vitaminas y minerales. Por todo ello es muy útil para dietas de adelgazamiento.

Lo más  destacable en  su composición es su contenido en  carotenoides sin actividad provitamínica (luteína y licopeno), entre los que destaca el licopeno, ya que se encuentra en una elevada cantidad, siendo este alimento una de las principales fuentes dietéticas del fitoquímico. Numerosos estudios han asociado el consumo de licopeno con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, ya que disminuye los niveles de colesterol sanguíneo (por disminución de la síntesis de colesterol endógeno) e inhibe  la oxidación de la fracción LDL-colesterol, y con la protección frente algunos tipos de cáncer como el de cervix, próstata, pulmón, mama y tracto digestivo (colon, recto, esófago, estómago, faringe, etc.).

Por otro  lado, su alto  contenido en  agua  estimula los riñones  para que funcionen con s  eficiencia, facilitando la eliminación de sustancias de desecho y toxinas,  y mejorando la función renal.

Las semillas, ricas en  vitamina E, se han utilizado  en  medicina popular.


Fuente: FEN

viernes, 14 de junio de 2013

El poder vegetal.





Pocas son las personas que ignoran hoy en día que la fruta y la verdura son buenas para la salud. Contienen muchas vitaminas y algunos minerales, y contribuyen a aumentar el aporte de fibra. Estas razones son suficientes para estimularnos a consumir estos alimentos regularmente. Sin embargo, estos aportes nutritivos parecen ser sólo la punta del iceberg, ya que, en cada mordisco a una manzana, en cada bocado de mango y en cada porción de brécol se ocultan otras substancias alimenticias vegetales, o "fitonutrientes", que nos aportan aun más salud y bienestar. 



¿QUÉ SON Y PARA QUÉ SIRVEN LOS FITONUTRIENTES?

Comprender el papel que los fitonutrientes desempeñan en las plantas nos permitirá saber de qué forma pueden ser útiles para las personas. Los pigmentos naturales verde y rojo intenso del repollo, la lechuga, los tomates y las fresas han evolucionado para favorecer la absorción de los rayos ultravioletas del sol, que sin ellos resultarían dañinos. Los compuestos aromáticos del ajo y la cebolla los protegen contra las infecciones bacterianas y virales; ciertos agentes bloqueadores de enzimas hacen frente a los contaminantes tóxicos.
Los vegetales han desarrollado literalmente cientos de miles de substancias naturalmente fitoprotectoras, o fitonutrientes, que les ayudan a combatir desde las infecciones micóticas hasta las bacterianas y a superar las inclemencias y las presiones de su entorno.

En teoría, al consumir estos alimentos vegetales, debemos adquirir "de segunda mano" algunas de esas propiedades defensivas. Muchos de los fitonutrientes descubiertos por los científicos, como la vitamina C, están dotados de propiedades antioxidantes, con las que contribuyen a combatir los radicales libres. Estos últimos son substancias químicas producidas por el cuerpo humano que, si no se desactivan, pueden desencadenar modificaciones celulares susceptibles de provocar múltiples afecciones, desde problemas cardíacos y cáncer, hasta arrugas o cataratas.
Las primeras hipótesis sobre el potencial de los fitonutrientes para combatir la enfermedad se deben a los investigadores de todo el mundo estudiosos de las pautas que rigen las enfermedades. Sus estudios les llevaron a concluir, por ejemplo, que algún elemento de la dieta japonesa debe contribuir a proteger a las mujeres del cáncer de mama y a los hombres del de próstata.

Una de las diferencias fundamentales entre la dieta japonesa y la europea estriba en la cantidad de productos a base de soja que los primeros ingieren. Por ejemplo, los japoneses consumen habitualmente tofu (queso de brote de soja), lo que explica que la cantidad de estrógenos procedentes de ese vegetal presentes en su sangre es 50 veces superior a la de los europeos. Las investigaciones realizadas en Japón indujeron a los expertos a suponer que el estrógeno de ese vegetal es capaz de bloquear la acción del estrógeno humano; esto explicaría la diferencia de incidencia de casos de cáncer de mama y próstata entre Oriente y Occidente.
La buena noticia es que también muchos de los alimentos que se consumen en toda Europa están repletos de fitonutrientes protectores. La tabla que figura a continuación ofrece más detalles al respecto y facilita un sinfín de buenas razones para que comamos aun más fruta y verdura, en aras del color y el sabor de la salud.


ALIMENTO

FITONUTRIENTE

POTENCIALMENTE BENEFICIOSO PARA PREVENIR
Tomate
Licopeno (pigmento rojo)
Afecciones cardiacas, cáncer de próstata
Ajo y cebolla

Compuestos de azufre, como la saponina alicina
Infecciones, aumento del colesterol, tumores
Zanahoria
Beta-caroteno (pigmento anaranjado)
Alteraciones pulmonares malignas
Brécol, repollo y coles de Bruselas
Isotiocianato
Cáncer de pulmón
Manzana, uva, cebolla
Quercetina
Afecciones cardiacas y evolución celular cancerosa
Fresa y uva
Ácido elágico
Intoxicación por el humo del tabaco
Naranja y pomelo
Terpeno
Úlceras y caries



Fuente: SENC